domingo, 4 de marzo de 2018

INFANCIAS INFELICES, ADULTOS CON PROBLEMAS:NARCISISMO

Todos los niños nacen buenos, no hay ninguno que nazca malo. Piden cubrir sus necesidades básicas: comer, dormir, que lo laven y lo atiendan. De ahí a como acabe siendo como adulto está influido por numerosos factores.

La vida psíquica de un individuo no es exclusivamente un proceso interno, el individuo influye en su contexto y es influido por él en su interacción, siendo su contexto más cercano y principal en su desarrollo, la familia de origen.

Es en los seis primeros años de vida cuando se forma la personalidad del individuo, y según como aprenda a sentir y ver el mundo, a afrontarlo, según cómo se haya sentido querido, atendido (en exceso o en defecto) marcará su desarrollo como adulto.

Aunque cada familia es única, la mayoría de problemas de una familia son los mismos que en millones de familias ordinarias( Giovanni Guareschi).

Sin generalizar (porque no se puede), en este escrito intentaré describir diferentes tipos de infancias que pueden ocasionar problemas en el desarrollo de los individuos, y problemas en su edad adulta. Basado en las tipologías de infancias infelices de Cancrinni.




La infancia narcisista

Historial infantil (y adolescencia)
  1. Admiración incondicional, adoración por el niño o por una cualidad suya, dote, competencia: pero sin comprender sus necesidades afectivas, con una evidente carencia de empatía.
  2. Deferencia sumisa hacia el niño.
  3. Desprecio, reproche y/o cólera si el niño actúa de forma decepcionante o imperfecta.
Síntomas del adulto
  1. Admiración incondicional, adoración por la imagen de sí mismo construida en el tiempo, carencia de empatía, intolerancia a las críticas y a las contrariedades.
  2. Expectativa arrogante de sumisión, crisis de rabia si la expectativa no viene satisfecha.
  3. Desprecio, reproche y/o cólera por la imperfección real o supuesta del otro; derrumbamiento depresivo con crítica y desesperación ("no vale la pena vivir, un mundo así no me merece") en el momento en el que la realidad demuestra la insostenibilidad de la imagen de Sí mismo.