domingo, 25 de octubre de 2015

EL ODIO TRANSGENERACIONAL

Todos los días vemos en las noticias tensiones y luchas entre rusos y americanos, ingleses y franceses, entre Madrid y Barcelona, entre árabes, judíos, cristianos y ortodoxos, entre los de izquierdas y los de derechas... en definitiva, grupos humanos con diferentes identidades que intentan imponerse por la fuerza a sus vecinos, plantando y alimentando odio y destrucción en vez de cooperación y construcción...y  repitiéndolo una y otra vez a lo largo de la historia.

Repetimos los mismos errores generación tras generación, y piensas: ¿Es que no hemos aprendido nada de los errores de la historia? ¿Es que no tenemos ejemplos claros de que por ese camino no se soluciona nada?, (más bien todo lo contrario).

Ya no vamos con palos y piedras, sino con bombas y armas de alta tecnología, pero seguimos utilizándolas para lo mismo, el fin último es la guerra y el odio.

No sólo  heredamos los genes y las características físicas de nuestras familias, también heredamos sus manías, sus amores y odios, su manera de ver e interpretar el mundo, de actuar y "resolver" las situaciones que se nos van presentando a lo largo de la vida. Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera (Jeremías 31:29).

Aunque ahora tenemos mucha más información que nuestros antepasados, (lo que nos posibilitaría hacer las cosas mejor), sin embargo,lo que hace reaccionar a la humanidad,sigue siendo la misma que movía a nuestros ancestros nómadas, cuando se encontraban con otras tribus y tenían que competir por los recursos.

Avanzamos a pasos agigantados tecnológicamente, pero estamos embrutecidos y en pañales a nivel ético, moral, y emocional que es lo que nos hace tomar diferentes caminos, diferentes maneras de sentir y actuar y  de tropezar un millón de veces con la misma piedra.

Espero que podamos aprender antes de que sea demasiado tarde, aunque la tendencia no va precisamente por ese camino.



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jueves, 10 de septiembre de 2015

LA CÁRCEL DE LOS PADRES

Cada vez es más común encontrarse con familias en las que uno o varios de sus hijos muestra problemas de comportamiento ocasionando una gran malestar para la familia y  una gran sensación de no control de la situación, que se le escapa de las manos.



En esta entrada intentaré describir algunos procesos internos familiares que pueden desembocar en este tipo de problemáticas.

Los miembros de una familia se comportan como las células de un organismo en evolución. A primera vista puede parecer un conjunto indiferenciado, confuso, pero poco a poco se convierte, sobre las informaciones provenientes del núcleo y otros tejidos,  en un órgano (estructura formada por diferentes células que realiza una función determinada). Así, cada célula, al tiempo que única con características propias, (como los individuos), en interacción con otras células, crean un sistema diferente (familia) con funciones específicas para la adaptación y evolución del organismo ante el cambiante ambiente, en el tiempo.


Al tiempo que cada individuo adquiere una identidad específica como individuo, también adquiere diversas funciones, para la evolución y supervivencia del sistema familiar.


Cada una de las funciones que desempeñen los miembros de la familia deben estar ajustadas al ciclo vital de ese miembro, sin sobrepasarlo por exceso, (por ejemplo, si los padres obligan a un niño comportarse de continuo como una persona madura, exigiéndole las prestaciones de un adulto, el pequeño deberá hacer un esfuerzo para adecuarse a esa demanda; este empeño es el precio que tendrá que pagar para mantener una relación en que le va mucho. El resultado final será una progresiva alineación en la función que le asignaron, el desequilibrio entre la prestación que le demandan y la madurez emotiva que debería acompañarla y que no tiene harán que se asimile la conducta como en un recitado automático, la situación se agravará con posterioridad si en algún momento se le requieren prestaciones contradictorias con la conducta adulta) o por defecto (por ejemplo, si el hijo asume la función del padre, y no en momentos de imperiosa necesidad, sino de manera indiscriminada y sin límites temporales, esa función se convertirá en una cárcel para él y para los demás).


Los niños deben dedicarse a ser niños y a realizar funciones de niño: jugar, recoger los juguetes, ir bien en el cole, aprender a relacionarse con sus iguales y recibir el cuidado, atención y cariño de los progenitores; no a preocuparse de si sus padres pueden pagar o no la hipoteca o decidir el próximo destino de las vacaciones familiares.




Un niño de tres años es capaz físicamente de cruzar una carretera, pero no le dejaríamos porque es muy peligroso para él, aunque no lo sepa (no tiene porqué, es un niño), con la funciones que les dejamos hacer en casa a los hijos pasa lo mismo, debe haber límites claros y sencillos en las funciones de cada uno de sus miembros y que no haya mudanzas de las funciones de cada uno de los miembros de la familia. Como me decía mi padre "cuando seas padre, comerás huevos"


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jueves, 28 de mayo de 2015

¿QUÉ ES LA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA?

La terapia familiar aborda la intervención y tratamiento de la familia en su conjunto, aún habiendo un miembro de la familia, el paciente identificado, que porte los síntomas y por el cual se busque ayuda.

No se puede entender al individuo sin tener en cuenta el contexto en el que vive y las relaciones que establece con este.


Un sistema es un grupo, con entidad propia, que se mantiene en interacción entre sus miembros.

El individuo forma parte de un sistema mayor que lo rodea, al que pertenece, sin el cual su comportamiento no tiene sentido, no vivimos aislados, sino que vivimos en un contexto amplio y complejo.

De especial importancia es el sistema compuesto por la familia de origen con el que vemos y sentimos el mundo, adquirimos valores, y nos formamos como personas.


“Lo que llamamos síntoma, y en realidad, todo lo mental, es en sí relación e interacción (entre los diferentes miembros que componen los sistemas de los que forma parte, como familia,como pareja, como padres, etc). No es algo que se encuentra encerrado en la cabeza de las personas, sino algo que se actualiza en contacto de ida y vuelta con el prójimo” (Bateson, 1972).


Desde esta perspectiva global de el individuo, nos interesamos más por el CÓMO Y PARA QUÉ que en el POR QUÉ para entender las dificultades de los pacientes que generalmente están asociadas a las respuestas que reciben de su entorno.


Este tipo de terapia puede ser especialmente indicado para el tratamiento de las siguientes problemáticas:



  • Problemas de salud, enfermedades físicas y crónicas, en particular;
  • Trastornos psicosomáticos;
  • Salud mental infantil y de adolescentes;
  • Salud mental para adultos;
  • Dificultades psicosexuales;
  • Abuso de alcohol, drogas, juego;
  • Problemas matrimoniales incluida la separación y el divorcio;
  • Acogimiento familiar, adopción y otras cuestiones relacionadas con el ciclo vital familiar y las etapas de transición;
  • Promoción de habilidades parentales y mejora del funcionamiento familiar;
  • Experiencias traumáticas, la pérdida y el duelo;
  • La alteración de la vida familiar debido a conflictos.



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